sábado, 11 de diciembre de 2010

15 DÍAS EN AGOSTO

¿A quién no le gustaría volver a ser un niño? Aquí os dejo un cortometraje que cuando lo veáis os entrará ganas de volver a vuestra infancia.




La historia trata de un niño al que le preguntan qué quiere ser de mayor.
Piensa que los mayores están siempre tristes, con prisas y agobios porque tienen problemas que de pequeños no tenían.
Dice que los adultos sólo piensan en trabajar y trabajar para ganar dinero y tener solamente 15 penosos días de vacaciones al año y también que la felicidad la consiguen mediante el dinero: comprándose cosméticos para dar una buena imagen, comprándose el mejor coche del mercado o haciéndose operaciones estéticas para ser los más atractivos.
No saben disfrutar de la vida con tanto trabajo y pocos días de vacaciones que resultan agobiantes y al final ni los disfrutas.
Por eso no quiere que le pregunten más veces qué quiere ser de mayor, porque no quiere crecer para disfrutar de la vida y no tener preocupaciones ni estar triste.

Este cortometraje es muy curioso. La verdad es que al niño no le falta razón aunque lo exagere todo un poco. No todo el mundo piensa en trabajar y trabajar para conseguir dinero, pero sí que es verdad que parece que las personas sin dinero no podemos vivir y es el dinero quien nos da la felicidad, mientras que los niños se conforman con poco para ser felices.
Los adultos no tienen suficiente con lo que tienen: quieren tener los mejores coches, la mejor casa, ser los más guapos y atractivos, etc. Y para ello hace falta trabajar. Trabajan y trabajan para tener unos pocos días de vacaciones. Unos insignificantes días de vacaciones que acaban siendo extresantes. Y a todo ello se le suman los problemas que se presentan a lo largo del año.
Mientras que los niños no piensan en el dinero ni tienen problemas. Sólo piensan en divertirse, jugar, reír... en definitiva: solo piensan en pasarlo bien.

Normal que el niño no quiera crecer.

¡Eso sí que es vida!

SWEET HOME

Hoy os traigo un cortometraje bastante sencillo y fácil de entender. ¡Espero que os guste!



Un niño al que su padre le riñe. Se va lejos de su casa a su pequeño rinconcito para pensar y estar solo. Después regresa.

De vez en cuando  todos nosotros necesitamos estar solos, sin nadie alrededor, para poder pensar y reflexionar sobre nuestros problemas.
Así podemos tomar decisiones más adecuadas. Darnos cuenta en qué hemos fallado o qué hemos hecho mal. Pensar qué debemos hacer en un determinado momento o decidir qué camino tomar.
Para ello, necesitamos un espacio. Nuestro propio espacio.
Cada uno de nosotros tiene el suyo: tal vez su habitación, tal vez un parque... o cualquier rincón de su pueblo o ciudad.
Por ello este cortometraje se titula “Sweet Home”, o lo que es lo mismo “Dulce Hogar”, porque hay momentos en los que nos apetece estar solos y tener nuestro propio espacio. Allí nos sentimos libres, seguros y encontramos paz.

                                       Estamos en nuestro “dulce hogar

miércoles, 8 de diciembre de 2010

TÚ, YO Y LA NOCHE

¿A quienes de vosotros no os gusta la noche? Tanto si os gusta como si no, este cortometraje da muy buenas razones para que os guste dormir y soñar.



Cuando soñamos no existen límites.
Tenemos libertad de expresión, podemos decir lo que queramos sin ningún miedo, porque sólo nosotros lo escuchamos.
Somos protagonistas en todos nuestros sueños.
Podemos volar, correr y correr sin cansarnos, atrevernos a hacer locuras que no heríamos en la realidad, estar en cualquier parte del mundo. Donde nos apetezca.
Podemos tocar la Luna con las manos.
Podemos ser quien queramos ser.
Volver a ser unos niños.
Mirar y sentir que estamos al lado de la persona que queremos.

Tenemos total libertad y somos dueños de un mundo, el mundo de nuestros sueños.

¿Y ahora qué me decís? ¿A quién no le gusta la noche?

martes, 7 de diciembre de 2010

LA RUTA NATURAL

¿Qué pasaría si la vida se desarrollase al contrario? ¿Si nacer fuese morir y morir fuese nacer?
En este cortometraje podréis ver el curso o ruta contraria de la vida de un hombre, desde que muere hasta que nace.




Una historia bastante curiosa.
La vida de este hombre ocurre al revés. Empieza desde el momento de su muerte y acaba con su nacimiento.
Primero es un adulto. Su vida no es fácil con tantos problemas.
Más tarde, acude al nacimiento de su hijo (en realidad la muerte de éste).
Poco a poco va rejuveneciendo y se siente mejor.
Por el contrario, su hijo cada vez está más débil y un día se lo llevan. Desaparece. Borran todo su rastro. Es como si nunca hubiese existido.
El tiempo pasa. Se encuentra en su juventud y luego pasa a la niñez donde todo es diferente y no tiene problemas.
Más tarde, va notando cómo se siente más y más débil. Sabe que desaparecerá igual que un día lo hizo su hijo y será como si no hubiese existido nunca.
Por un momento se plantea parar el tiempo y cambiar el rumbo de la historia, pero... ¿para qué? De todas formas iba a desaparecer.

Este cortometraje me llamó mucho la atención cuando lo vi. Creo que esa es la principal razón por la cual lo elegí para comentar en este blog.
Nunca me había planteado qué pasaría si las cosas sucedieran al contrario. Si la vida fuese como una cinta de vídeo que rebobinásemos hacia atrás.
Quizás, visto desde una perspectiva fuese positivo: comenzar con problemas y que poco a poco fuesen desapareciendo hasta el punto de ser un niño al que sólo le importa jugar y divertirse.
Pero visto desde otra perspectiva, no lo es tanto: si la vida empezase desde el momento de nuestro nacimiento hasta nuestra muerte o viceversa, hay una verdad irremediable: desapareceremos igualmente.

Así es la ruta natural, la ruta de la vida.