Un niño al que su padre le riñe. Se va lejos de su casa a su pequeño rinconcito para pensar y estar solo. Después regresa.
De vez en cuando todos nosotros necesitamos estar solos, sin nadie alrededor, para poder pensar y reflexionar sobre nuestros problemas.
Así podemos tomar decisiones más adecuadas. Darnos cuenta en qué hemos fallado o qué hemos hecho mal. Pensar qué debemos hacer en un determinado momento o decidir qué camino tomar.
Para ello, necesitamos un espacio. Nuestro propio espacio.
Cada uno de nosotros tiene el suyo: tal vez su habitación, tal vez un parque... o cualquier rincón de su pueblo o ciudad.
Por ello este cortometraje se titula “Sweet Home”, o lo que es lo mismo “Dulce Hogar”, porque hay momentos en los que nos apetece estar solos y tener nuestro propio espacio. Allí nos sentimos libres, seguros y encontramos paz.
Estamos en nuestro “dulce hogar”
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